Queriendo mitigar el riesgo existente en la vía que conduce a Tizamar y Alto Sevilla, específicamente al cruzar la quebrada San Juan, que en temporada invernal aumenta su cauce de forma sustancial y pone en inminente peligro a sus transeúntes; la organización cabildo invirtió $ 18 millones en los estudios y diseños de un puente que respondiese a las expectativas de las comunidades beneficiarias y cumpliera con las especificaciones técnicas para su uso efectivo.
Paso seguido se inició la gestión de los recursos para su construcción, es así como con el aporte de la organización indígena Cañamomo Lomaprieta se invierte 300 millones de pesos y entre la Administración municipal de Supia y Gobernación de Caldas $ 449 millones más; es decir en total el costo de la obra supera los 749 millones de pesos.
Otro aliciente positivo de este proyecto, es que se está brindando empleo a habitantes de la región lo que dinamiza un poco la economía de varias familias.
Luego de una calurosa bienvenida, la comisión internacional disfruto de un típico sancocho preparado por el grupo de apoyo de Portachuelo; satisfechos por el sabor, paso seguido, los representantes de cada país fueron distribuidos de una manera muy particular entre familias, que con pancarta en mano, fueron presentándose ante sus ahijados, los cuales a través de sorteo previamente, fueron a la suerte designados para cada hogar; Sin duda, se nota el esmero y cariño con el que las familias los acoge.
Ya finalizando la tarde, se compartió un ritual de limpieza y recargue de energías entre visitantes, propios comuneros y autoridades del resguardo, que bajo la orientación de los médicos tradicionales y bajo la custodia de la guardia indígena de Cañamomo Lomaprieta, en la Plazoleta de Portachuelo con fe y alegría participaron de esta ceremonia de bienvenida al territorio.
Sin duda Portachuelo es una comunidad muy buena anfitriona, recibió con música de chirimia, danzas, su Brigada de bomberos y un amplio despliegue de sus comuneros a la delegación internacional que arribó al territorio indígena del resguardo Colonial Cañamomo Lomaprieta.
Durante tres días se hospedarán, alimentarán y compartirán con familias de la comunidad, visitarán sitios sagrados como el cerro Carbunco, se les permitirá conocer parte de los usos y costumbres de esta población indígena y se abrirá un amplio diálogo sobre temas que les son comunes a este tipo de organizaciones, especialmente el de estrategias para salvaguardar la Madre Tierra.